Serendipia
12/5/20202 min read


Me declaro oficialmente amante de las palabras, me parecen fascinantes. A veces me "emparanoio” haciéndome muchas preguntas. ¿A quién se le ocurrió? ¿Por qué esto se llama así y no de otra manera? ¿Quién valida los términos? No sé, hay multitud de interrogantes en mi mente. Y yo soy mucho de cuestionarme las cosas, como el misterio de la vida…bueno, mejor este tema lo dejamos para otro momento. Pero aviso a navegantes, llegará…así que estad todos preparados.
Volviendo a la magia de las palabras hoy hablaré de esta preciosidad, serendipia. Solo el nombre es maravilloso, tiene un toque melódico, ¿no os parece? Podríamos decir que es una palabra musical, dado lo bien que suena.
El concepto no podría gustarme más, “un accidente afortunado, un incidente mágico”. Por favor, es extraordinario. Aunque a día de hoy no se encuentra registrada en la Real Academia Española, está bastante aceptada en su uso, especialmente referido al mundo científico. Hay quien diría que puede tratarse de un sinónimo de lo que llamamos “potra” o “chiripa”, pero yo creo que es mucho más que eso.
Por poner un ejemplo, uno de los descubrimientos más famosos es el de la penicilina, por Alexander Fleming. Se cuenta que este científico escocés se marchó durante un tiempo dejándose olvidados unos cultivos en el laboratorio. Cuando regresó, uno de ellos se había contaminado por un hongo, el cual segregaba una sustancia que actuaba como antibiótico. Y a partir de ahí empezó un exhaustivo estudio que concluyó con el gran descubrimiento de la penicilina.
La polémica está servida, serendipia ¿suerte o ciencia? Quizá una combinación de ambas, pero que cada uno saque sus propias conclusiones.
Dejando al margen la parte, diríamos, más seria, yo deseo ir más allá con esta bella palabra. Al amor serendipia, ese amor que aparece cuando no lo estás buscando. De repente surge la magia, la química, una explosión que te está avisando, con firmeza, de que es ahí, es esa persona. Cuando los sentimientos no se fuerzan, sino que simplemente se sienten. Cuando no provocas los encuentros, sino que simplemente se dan. Cuando sin esforzarte te sorprendes pensando todo el día en esa persona, y tu corazón se acelera. Cuando suceden cosas maravillosas sin planearlas. Cuando encuentras sin buscar. Ahí es, no lo dudes.
Amigos, si os ha ocurrido esto, sois muy afortunados. Estabais predestinados y ya formáis parte de los afectados por el amor serendipia. Bienvenidos, cada vez somos más.
¿Quién es tu amor serendipia? No lo digas en voz alta, solo piensa, recuerda, imagina y disfruta de él.
El mío eres tú…y lo sabes.
Carpe Diem